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Renegociación o reestructuración de deuda: cuándo y cómo hacerlo

​Hacer una renegociación de las condiciones de nuestros préstamos o pedir una reestructuración de los mismos son alternativas que tenemos cuando necesitamos ayuda para no atrasarnos en el pago de los mismos. Ambas opciones nos permiten ganar tranquilidad y estabilidad en nuestro flujo de caja, para poder decidir qué otra estrategia aplicar para salir de deudas.
En este artículo verás cómo ambas opciones pueden ayudarte a mejorar las condiciones de tus créditos, cuáles son sus ventajas y cuáles sus riesgos, para que puedas tomar la mejor decisión.

​Renegociación vs Reestructuración

A partir de octubre de 2017, estos dos términos no tienen necesariamente el mismo significado​. Ambas estrategias ​son opciones a las que podemos aplicar si ya nos hemos atrasado en el pago de nuestras obligaciones (en el primer caso siempre que la mora no supere los dos meses). 
Además, ​tienen en común que tanto renegociar como reestructurar, significa, básicamente, evaluar con nuestro acreedor la posibilidad de cambiar las condiciones del crédito para ponernos al día y seguir pagando nuestra deuda sin dejar de pagar sus cuotas mensuales.​
A diferencia del rediferido, es posible que terminemos modificando las condiciones iniciales del crédito –más allá de la tasa y el plazo– y, a diferencia de la compra de cartera, no cambiaremos de entidad financiera al utilizar esta estrategia.

​Qué es una renegociación de las condiciones de un préstamo

Una renegociación le permite a una persona solicitar a una entidad financiera la modificación de las condicoines del crédito originalmente pactadas, en los términos de la Circular 026 de la Superintendencia Financiera de Colombia. La principal ventaja de la misma, es que es posible solicitarla cuando ya estamos en mora, siempre que no nos hayamos atrasado más de dos meses en el pago de las cuotas de nuestros préstamos.
Además, si logramos un acuerdo con la entidad financiera a la que le debemos, esta modificación de las condiciones del crédito no afectará negativamente nuestro historial crediticio.

​Qué es una reestructuración de deuda

​Una reestructuración es un acuerdo mediante el cual la entidad financiera toma todas las deudas ​que su cliente tiene con esta y las agrupa en una nueva obligación, con nuevas condiciones de plazo y tasa de interés. En muchas ocasiones puede parecerse exactamente a una renegociación -sobre todo si el cliente tiene solo una deuda con la entidad-; sin embargo, ​la diferencia de que estas modificaciones no hacen parte de los procedimientos a los que se refiere la Superintendencia Financiera en su Circular 026.
En consecuencia, a diferencia de una renegociación, la reestructuración sí afecta negativamente nuestro historial crediticio porque el banco le asigna automáticmente una calificación de mayor riesgo al deudor.
La única forma en la que podría no afectarse la calificación crediticia de la persona sería entregándole al banco mejores garantías sobre el nuevo préstamo. Una forma de hacerlo sería a través de codeudores, o contra un bien inmueble, por ejemplo.

Cuándo solicitar una renegociación de nuestras deudas

​Las condiciones generales para poder acudir a ​la renegociación están dadas por la Superintendencia Financiera de Colombia en su circular 026 de 2017. Las razones más comunes para acudir a esta figura serían cuando:

  • Por factores externos a nosotros nuestro ingreso se ha visto afectado y prevemos que no podremos seguir cumpliendo con nuestra obligación en los términos en los que está negociada actualmente. En este punto, la ventaja es que si logramos la refinanciación antes de caer en mora, no veremos afectado nuestro historial crediticio.
  • Ya nos hemos atrasado en el pago de la obligación (no más de 2 meses) y queremos evaluar con nuestra entidad financiera unas condiciones más favorables para poder garantizar el cumplimiento de la misma.

Estas dos razones aplican también para la reestructuración de nuestras deudas, excepto porque sería posible solicitar una reestructuración aún teniendo una mora mayor a 60 días. Como ya hemos dicho antes, es necesario entender que si se habla de reestructuración, nuestra historia crediticia se verá afectada negativamente.

Los riesgos de una renegociación

​Existen dos riesgos principales en ​estas opciones. El primero es que ​no es una estrategia en la que nosotros tenemos el poder de decidir las nuevas condiciones de nuestro crédito. La entidad financiera puede negarse a cambiar las condiciones iniciales del crédito de acuerdo con sus políticas internas y de acuerdo con nuestras propuestas.En cuanto a la renegociación, existe también el riesgo de ​que incumplamos los acuerdos a los que lleguemos con nuestro acreedor. Si después de una refinanciación volvemos a dejar de pagar, en otras palabras, si caemos en una mora de 30 días o superior, el crédito pasará a tener un estatus de reestructuración en nuestro historial crediticio –con lo que veremos afectada nuestra calificación–, además del reporte por mora que el atraso en el pago pueda acarrear.

​Cómo solicitar una renegociación o una reestructuración

​En este caso la mejor estrategia es acudir presencialmente a la entidad y pedirle al asesor que radique una solicitud de modificación de las condiciones del crédito que tenemos con esta. Los requisitos para la solicitud pueden variar por entidad.
Es importante pedir que si la ​renegociación se realiza, nos informen:

  • Las nuevas condiciones contractuales establecidas: tasa, plazo, plan de pagos, etc.
  • Los efectos de incumplir en el pago de la obligación bajo las nuevas condiciones.
  • El costo total de la operación.

​Comentarios finales sobre la renegociación o reestructuración de deuda

​Ambas ​son estrategias que pueden ser útiles cuando nos hemos dado cuenta de que podemos llegar a estar ​en problemas para cumplir con el pago puntual de las cuotas de nuestras obligaciones. Para poderl​as utilizar adecuadamente es importante tener en cuenta que​:

  • Por sí ​sol​as no ​son una estrategia para salir de deudas. Lo que hacen es mejorar las condiciones del crédito para liberar flujo de caja (es decir, tener más efectivo al final de mes) y utilizar ese efectivo que liberamos en la solución de nuestro problema de endeudamiento.
  • Mal utilizadas ​son solo ​una herramienta para ganar tiempo mientras el problema de fondo vuelve a crecer. Bien utilizadas, nos permiten ganar tiempo para reestructurar nuestro gasto y poder aplicar un método bola de nieve para salir de deudas.

En todo caso, es preciso cumplir con los acuerdos a los que lleguemos con las entidades con las que negociemos las condiciones de nuestros créditos. No estamos obligados ​a renegociar o reestructurar; sin embargo, si decidimos acudir a estas estrategias, es importante que lo hagamos conscientes de que incumplir las nuevas condiciones puede terminar teniendo un efecto negativo sobre nuestra ​historia crediticia y nuestro bienestar financiero.