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Guía para hacer una compra de cartera

​La ​compra de cartera ​es uno de los mecanismos preferidos por las entidades financieras para conseguir clientes que ya tienen préstamos con otros bancos. Como usuarios del sistema financiero, acudir a esta estrategia puede ayudarnos a mejorar las condiciones de nuestros créditos, aliviar la presión sobre nuestro presupuesto por pago de deudas y darnos la tranquilidad para escoger una estrategia para salir de estas a través de métodos como la Bola de Nieve, por ejemplo.​​​
En este artículo queremos mostrarte en qué consiste una compra de cartera, cuándo acudir a una y cómo hacerlo.

​Qué es una compra de cartera

​Una compra de cartera significa que, teniendo un crédito con el Banco A, recibimos una oferta del Banco B. ​​B nos ofrece pagarle el valor total de nuestra deuda al Banco A, de forma que a partir de ese momento seamos clientes de ellos por el mismo valor de nuestra obligación con el primer banco.
En otras palabras, el Banco B, le compra nuestra cartera (es decir, nuestra deuda) al Banco A, y ahora pasamos a deberle a B. La compra de cartera es muy usual para créditos de consumo (tarjetas de crédito, libre inversión y libranzas) y menos usual para créditos hipotecarios.
Al igual que con la estrategia del rediferido, la compra de cartera no soluciona de fondo un problema de endeudamiento por sí sola. Miremos entonces las ventajas y los riesgos de la misma.

​Cuándo solicitar una compra de cartera

​La compra de cartera tiene varias diferencias frente a la estrategia del rediferido. La primera, es que estamos cambiando de entidad financiera (es decir, tenemos un nuevo acreedor); la segunda, es que a la nueva entidad financiera le conviene mucho tenernos como un cliente nuevo, por lo que las condiciones del crédito pueden mejorar significativamente (para convencernos de cambiar de entidad); la tarcera, es que podríamos llegar a solicitar una compra de más de una deuda que tengamos con más de una entidad financiera.
Así, las principales razones por las que podríamos considerar una compra de cartera son:

  • Queremos mejorar las condiciones de un crédito, por lo que hacemos que una entidad financiera nos haga una oferta con una tasa de interés más baja, a un nuevo plazo y, por consiguiente, con una cuota más baja.
  • Queremos consolidar varias deudas en una sola; así, en vez de deberle a tres bancos, pasamos a deberle solo a uno, o en vez de tener cuatro tarjetas de crédito, pasamos a tener solo una.

​Los riesgos de una compra de cartera

​Al momento de considerar una compra de cartera es importante tener en cuenta una posible desventaja y un riesgo.
Como desventaja, al cambiar de entidad es posible que tengamos que volver a llenar una solicitud de crédito, aportar certificados de ingresos o laborales, fotocopias de documentos, y esperar algunos días o semanas a que se haga efectiva la compra. El rediferido, en cambio, es inmediato y no necesita volver a llenar solicitudes de crédito o aportar nuevos documentos a nuestra entidad financiera.
El mayor riesgo es que, dependiendo de la línea de crédito, podríamos terminar con dos productos de endeudamiento en dos entidades diferentes y, al cabo de un tiempo, tener el doble de deuda que teníamos al utilizar esta estrategia. El típico ejemplo es el siguiente:
Un cliente tiene una tarjeta de crédito con el Banco A y debe un total de $1.000.000. El Banco B lo llama y le ofrece una compra de cartera (también es posible ir directamente a una entidad financiera y preguntar si compran cartera).
En la oferta, le bajan la tasa de interés que paga actualmente a la mitad, le permiten ampliar el plazo de pago de su obligación a 12 meses y solo le piden una fotocopia de la cédula y unas firmas en una solicitud que el nuevo banco se encarga de llenar (actualmente incluso le mandan a un asesor o un mensajero para que recoja los documentos y así el nuevo cliente no tenga que ir a la sucursal).La compra de cartera se hace efectiva y ahora el cliente tiene una nueva tarjeta del Banco B con una deuda total de $1.000.000 y, aunque la deuda ha sido pagada, mantiene la tarjeta del Banco A, aunque con un cupo libre de $1.000.000. El mes siguiente, el cliente tiene una pequeña emergencia y utiliza la “tarjeta vieja”​.
Al cabo de tres meses, se da cuenta que todavía le debe el millón al Banco B, y que volvió a utilizar el cupo que había liberado de la tarjeta del Banco A. Ahora tiene el doble de deuda que antes, y dos cuotas que pagar en lugar de una.

Cómo solicitarla

​Una buena parte de las compras de cartera se hacen porque un día una entidad financiera nos llama y nos hace la oferta. Sin embargo, también es posible ser nosotros los de la iniciativa; ya sabes, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.
Si la iniciativa es nuestra, basta con ir presencialmente o llamar a cualquier banco (las cooperativas, fondos de empleados y cajas de compensación familiar también ofrecen esta opción). Le preguntaremos al asesor si compran cartera, le diremos qué tipo de crédito queremos que nos compren y el saldo, también le preguntaremos a qué tasa hacen la compra (es decir, cuál sería la tasa de interés que pagaríamos si aceptáramos cambiar de acreedor) y cuánto se demora el proceso.
Con esta información, basta con preguntar cuáles son los pasos a seguir. Generalmente nos pedirán los extractos de las obligaciones que vayamos a vender, llenar la solicitud y aportar los documentos que la entidad requiera para adjuntar a la misma (fotocopia de cédula, carta laboral, etc.).

Comentarios finales

​La compra de cartera es una estrategia que puede ser útil cuando nos hemos dado cuenta de que podemos llegar a estar ​en problemas para cumplir con el pago puntual de las cuotas de nuestras obligaciones. Para poderl​a utilizar adecuadamente es importante tener en cuenta que​:

  • Por sí ​sol​a no ​es una estrategia para salir de deudas. Lo que hace es mejorar las condiciones del crédito para liberar flujo de caja (es decir, tener más efectivo al final de mes) y utilizar ese efectivo que liberamos en la solución de nuestro problema de endeudamiento.
  • Mal utilizad​a ​es solo ​una herramienta para ganar tiempo mientras el problema de fondo vuelve a crecer. Bien utilizad​a, nos permite ganar tiempo para reestructurar nuestro gasto y poder aplicar un método bola de nieve para salir de deudas.

En todo caso, es preciso cumplir con los acuerdos a los que lleguemos con las entidades con las que negociemos las condiciones de nuestros créditos. No estamos obligados a ​hacer una compra de cartera; sin embargo, si decidimos acudir a esta estrategia, es importante que lo hagamos conscientes de que incumplir las nuevas condiciones puede terminar teniendo un efecto negativo sobre nuestra ​historia crediticia y nuestro bienestar financiero.