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Vivir sin préstamos: cómo salir de deudas paso a paso

En este artículo queremos mostrarte qué hacer cuando has acumulado tantos préstamos que parece que trabajaras 24 horas al día, solo para pagar deudas. Hablaremos sobre cómo salir de deudas de tarjetas de crédito, qué hacer si tenemos préstamos personales o hemos hecho préstamos de dinero por fuera del sistema financiero, cuándo es un buen momento para consolidar, para refinanciar y cómo romper el ciclo de financiamiento en el que podemos estar encerrados.
Antes de empezar, es importante aclarar que no existe una única forma de salir de deudas. Todo partirá de entender exactamente cuál es tu nivel de endeudamiento, qué tipo de préstamos tienes en este momento, cuáles son sus condiciones y, a partir de este análisis, tomar las decisiones que te permitan dejar la dependencia del crédito para generar ahorro y aumentar tu patrimonio.
¡Manos a la obra!

​Paso 01 – Entender qué tipo de préstamos tenemos

​Existen muchas formas ​de ​entender lo que es un problema; sin embargo, el primer paso ​para su solución siempre será definirlo.
cuentas claras
Cuando pensamos en ¿Cómo puedo salir de deudas?, generalmente lo hacemos partiendo de la urgencia del día a día, de la insatisfacción que nos produce el sentimiento de que estamos trabajando únicamente para cubrir las cuotas de los préstamos, o por la angustia de vivir pensando qué malabares haremos para cumplir con el pago de la tarjeta de crédito este mes. Si realmente queremos vivir sin préstamos lo primero que tenemos que hacer es tener el panorama más amplio y claro posible de nuestra situación financiera para darle la urgencia y la importancia que realmente requiere esta.
Hacerlo puede resultar incómodo y generar miedo y ansiedad porque implica enfrentarnos al resultado de muchas decisiones que hemos tomado en el pasado de manera consciente o inconsciente. No obstante, será un encuentro que es necesario tener si nuestro anhelo más profundo es generar un cambio real en la manera en la que estamos manejando nuestro dinero y cumpliendo nuestros objetivos más profundos.
En este sentido, el primer paso será hacer una lista lo más detallada posible con la siguiente información:

  • ¿A quién le debo?Es decir, el nombre de la persona o la entidad financiera.
  • ¿Cuánto le debo?Es decir, el valor total de la deuda al día de hoy. En otras palabras, lo que debería pagarle hoy si quisiera mañana levantarme sin tener ​ese préstamo.
  • ¿Cuánto le pago mensualmente?Es decir, el valor de la cuota del crédito. Si es diario, semanal o quincenal, basta multiplicarlo por el número de días, semanas o quincenas del mes para encontrar el total mensual de pagos que debo hacer a esa deuda.
  • ¿En cuánto tiempo terminaría de pagar?Es decir, el número de meses que faltan para salir de ese crédito si siguiera pagando las cuotas normalmente.
  • ¿Qué tasa de interés efectiva anual me cobra?Es decir, el porcentaje que tengo que pagar cada año por tener ese ​préstamo.
  • ¿​Cuál sería una breve historia de esa deuda?Es decir, cuál fue la situación que me llevó a adquirir ese crédito y el proceso de decisión que seguí para elegir ese préstamo.

​Si quieres ver más detalladamente cómo completar este paso, no dejes de entrar a nuestro artículo ​sobre ​​​cómo analizar nuestras obligaciones para salir de deudas.​​​

​Paso 02 – Medir el impacto que ​​estos préstamos tienen sobre nuestras finanzas personales

​No todos los préstamos tienen el mismo impacto sobre nuestras finanzas personales. Primero, porque un crédito de consumo (tarjeta de crédito, libre inversión, libranza) no es comparable con un crédito que se utilizó para la compra de activos de largo plazo (hipotecario o de vehículo, por ejemplo), o contra un crédito informal (gota a gota, pagadiario). Segundo, porque existen créditos con cuotas mucho más altas que otros. Tercero, porque tienen diferentes tasas de interés y costos anuales; entre otras. Finalmente, porque los hábitos que cada uno de nosotros tiene frente a una deuda terminan por condicionar el impacto de las mismas en nuestra economía.
​De ahí que sea importante la tabla que hemos completado en el paso 01 y luego comparar esta tabla contra nuestro presupuesto y nuestros activos para entender si ​en el panorama más amplio de nuestra situación financiera estamos enfrentados a un problema de solvencia o de liquidez.

​Evaluar nuestro nivel de solvencia

Cuando hablamos de solvencia nos referimos a la capacidad que tenemos para cumplir con nuestras obligaciones con base en las cosas que tenemos. En otras palabras, lo que queremos saber es si el valor total de nuestros activos (todas las cosas que tenemos) sería suficiente para cubrir nuestras deudas.
Siempre que el total de nuestros activos sea mayor que el total de nuestras deudas diremos que tenemos solvencia o que somos solventes. En cambio, cuando el valor de nuestros activos sea inferior al total de nuestras deudas diremos que no tenemos solvencia o que somos insolventes.
solvencia en prestamos
Siempre que el total de nuestros activos sea mayor que el total de nuestras deudas diremos que tenemos solvencia o que somos solventes. En cambio, cuando el valor de nuestros activos sea inferior al total de nuestras deudas diremos que no tenemos solvencia o que somos insolventes.
Para evaluar nuestro nivel de solvencia basta con sumar el valor que creemos que en el mercado pagarían por todos nuestros bienes (inmuebles, electrodomésticos, muebles y enseres, etc.) y compararlo contra el saldo total de nuestros préstamos.
Es posible que no tengamos suficiente solvencia si buena parte de nuestro crédito está en deudas de consumo. Sin embargo, si tenemos suficiente liquidez es posible diseñar una estrategia sólida para vivir sin préstamos.
En cambio, si no tenemos suficiente solvencia y además tenemos un grave problema de liquidez, es posible que nos toque acudir a soluciones más radicales (reparación o ley de insolvencia) para resolver nuestros problemas de endeudamiento.

​Evaluar nuestro nivel de liquidez

​En finanzas, cuando hablamos de liquidez, hacemos referencia a contar con el efectivo suficiente para poder cumplir con los pagos y obligaciones que tenemos que hacer en el día a día.
Evaluar nuestro nivel de liquidez es muy sencillo. Para esto, basta con comparar el valor total que pagamos mensualmente por cuotas de créditos contra nuestro ingreso neto y nuestros gastos. A menos de que seamos muy moderados al gastar, es posible que si al dividir el total de pagos a cuotas entre el total de nuestro ingreso neto el resultado sea un número mayor a 0,3 (o 30%) estemos enfrentados a problemas de liquidez.
Un problema de liquidez se identifica claramente porque nos sobra mes al final del sueldo. En otras palabras, nos falta dinero para cumplir con todas las cuotas de nuestros préstamos y con todos los gastos de nuestro hogar.

​Paso 03 – ​Elegir un rumbo de acción para salir de deudas

​Los dos primeros pasos se concentran en entender cómo estás en el presente en materia de deudas y cómo estas están afectando tus finanzas personales. El siguiente paso es elegir un conjunto de acciones que emprenderás para disminuir tu nivel de endeudamiento actual en el menor tiempo posible.

Recuerda que nuestro asesor financiero digital puede ayudarte también a evaluar cada una de estas estrategias y mostrarte cuáles son las más adecuadas para ti según tu situación financiera personal.

A continuación te presentamos las opciones más comunes que tienes para empezar a salir de deudas. No se trata de alternativas excluyentes; es decir, puedes combinar varias de ellas para crear un plan que te permita empezar a pagar tus préstamos. Cada opción es un paso que tiene una consecuencia en tu endeudamiento y que te permitirá hacer otras cosas para acelerar los pagos que haces de tus créditos; si quieres conocer algún paso más en detalle puedes acceder al artículo que hemos preparado para cada una.

​Opción 01 – Salir de deudas con el método bola de nieve

​Se trata de uno de los métodos más famosos para eliminar tus deudas. Consiste en organizarlas dependiendo del saldo total que debas en cada una: de la más pequeña a la más grande e irlas pagando en ese orden.
Para hacerlo, es necesario que tengas suficiente espacio en tu presupuesto mensualmente para pagar normalmente las cuotas de todas tus obligaciones y un espacio extra para pagar un valor adicional al crédito más pequeño.
bola de nieve
​Esta acción hará que termines de pagar el préstamo más pequeño en un tiempo menor al que te tardarías normalmente si siguieras cubriendo el ​pago mínimo​. En ese momento, destinarás no solo el pago extra sino también la cuota que solías pagar al crédito más pequeño a la siguiente deuda en tamaño.
Una vez más, verás que la segunda deuda en tamaño la terminarás de pagar en un tiempo más corto del que te hubiera tomado si siguieras pagando las cuotas noramles de ese crédito. En ese momento, empezarás a pagar el tercer préstamo y, además del pago mínimo, pagarás el total que pagaste mensualmente para salir del crédito anterior.
Como ves, se llama bola de nieve porque una vez definiste cuánto vas a pagar mensuamente a tus deudas seguirás pagando ese mismo monto a medida que vayas saliendo de ellas y eso te permitirá que cada que salgas de un crédito destines una cuota más grande para pagarlo.
Si quieres ver un tutorial detallado de cómo aplicar el método bola de nieve para vivir sin préstamos no dejes de leer nuestro artículo ​Cómo salir de deudas con el método bola de nieve.​​​​​​​​​

​Opción 02 – Refinancia para darle oxígeno a tu flujo de caja

​​Si no tienes suficiente efectivo todos los meses para empezar una bola de nieve y las cuotas de tus créditos están haciendo que el dinero apenas alcance para cubrir tus obligaciones, hacer un rediferido puede ser una buena alternativa.
Al contrario del método bola de nieve, verás que en las opciones que siguen a partir de aquí es necesario que negocies directamente con las entidades o personas a las que les debes dinero, o con terceros que te ayuden a solucionar tu problema de endeudamiento.
Una refinanciación básica, en forma de un rediferido, consiste en pedirle a la entidad financiera que tome el saldo total de tu préstamo al día de hoy y vuelva a dividirlo en un número de cuotas (12, 24, 36, por ejemplo) de manera que pueda disminuir la cuota que pagas mes a mes por esa obligación.
​Como cualquiera de todas estas opciones, se trata de una alternativa con sus ventajas y sus desventajas. La principal ventaja de rediferir una obligación es que bajando el tamaño de la cuota, te sobrará más efectivo a final de mes. Con este efectivo de sobra podrías empezar una bola de nieve, o asegurarte de tener suficiente dinero para cumplir con todas tus obligaciones. La principal desventaja de esta opción es que es una solución temporal que si no sabes aprovechar puede seguir empeorando tu situación financiera.
​Si quieres ver ​en detalle cómo funciona un rediferido ​y cómo utilizarlo como un paso para empezar a salir de deudas no dejes de leer nuestro artículo ​todo lo que debes saber para hacer un rediferido en tus préstamos.​​​​

​Opción 03 – Buscar una compra de cartera para mejorar condiciones

​A diferencia del rediferido, en una compra de cartera una entidad financiera de la que no eres cliente ofrece pagar la deuda que tienes con tu entidad financiera para que seas ahora cliente de ellos y liberes tu obligación con el banco con el que tomaste primero el crédito.
​Esta opción y ​las siguientes dos (la 4 y la 5) ​requieren que no estés reportado negativamente en ninguna central de información crediticia. Si no sabes si tienes reportes, quieres consultar gratis Datacrédito o CIFIN, revisa nuestro artículo ​todo ​sobre ​tu historial crediticio.​​​
compra préstamos
​En una compra de cartera estás solicitando un nuevo crédito para pagar uno anterior. La principal ventaja de tomar esta alternativa es que los bancos que hacen la compra de cartera generalmente te ofrecerán una tasa de interés mucho más baja que la que estás pagando actualmente ​​​por tu préstamo y, dado que puedes volver a escoger el tiempo de financiamiento, verás una reducción significativa en la cuota que pagas mensualmente.
Al igual que con el rediferido, el riesgo de una compra de cartera está en que si no sabes aprovechar su efecto sobre tu presupuesto, es posible que termines utilizando el dinero que tienes ahora de más en elevar tu gasto y no en el pago anticipado de tus obligaciones. Otro de los riesgos que rodean una compra de cartera, en especial cuando se trata de tarjetas de crédito, es que no renuncies a la tarjeta anterior y vuelvas a utilizarla cuando te falte efectivo mes a mes; hacer esto, puede terminar haciendo que unos meses después de la compra de cartera tengas el doble de deuda que tenías antes de esta.
​Si quieres ver ​en detalle cómo funciona un​a compra de cartera ​y cómo utilizarla como un paso para empezar a salir de deudas no dejes de leer nuestro artículo ​guía para hacer una compra de cartera.​​​​

​Opción 04 – Consolidar para organizarnos mental y financieramente

La consolidación es, técnicamente, una compra de cartera. La diferencia frente a la opción anterior es que en lugar de cambiar un crédito por otro crédito, se trata de agrupar en una sola deuda la mayor cantidad de préstamos que puedas tener con otras entidades prestadoras de servicios financieros.
​De esta forma, el resultado es que una entidad financiera le compra tus deudas a las demás entidades con que tenías préstamos y ahora solo debes un gran crédito a un solo banco, por ejemplo.
La consolidación es una gran alternativa cuando tienes muchas deudas formales con muchas entidades financieras. Además de lograr una mejor tasa de interés y poder volver a elegir el plazo de tu crédito para disminuir la cuota que pagas, la gran ventaja de consolidar está en tener que preocuparte por una única fecha de pago, una única entidad y un único monto. En otras palabras, la consolidación te permite organizarte mental y financieramente.
​​En nuestra guía de compra de cartera, podrás encontrar más información sobre cómo buscar un crédito de consolidación.

​Opción 05 – Renegociar antes de que se afecte nuestro historial crediticio

​En octubre de 2017 la Superintencia Financiera de Colombia emitió una circular que nos permite negociar directamente con las entidades financieras en el momento en que nuestra capacidad de pago de un crédito se ha visto afectada.
Se trata de una opción que es un paso anterior a la reestructuración de una obligación. En él, podemos acercarnos directamente a la entidad con la que tenemos nuestros préstamos y pedirles que redefinan las nuevas condiciones de estos según nuestra nueva realidad económica.
Es importante aclarar que, si bien, todas las entidades financieras deben considerar nuestro caso para redefinir las condiciones de la deuda, pueden decidir si hacerlo o no con base en el análisis que estas hagan de nuestra capacidad de endeudamiento y comportamiento crediticio.
Dentro de las principales ventajas de la renegociación está el poder acudir a ella cuando se tiene una mora de máximo 60 días en nuestros préstamos. Además, dado que no es una reestructuración, no afecta negativamente nuestro historial crediticio. En cambio, si logramos renegociar las condiciones y volvemos a fallar en los pagos, automáticamente nos habrán que reportar negativamente a las centrales de riesgo de información crediticia como Datacrédito y CIFIN.
​Si quieres ver ​en detalle cómo funciona ​esta alternativa para negociar directamente con una entidad financiera las condiciones de tus deudas no ​dejes de leer nuestro artículo renegociar ​vs reestructurar ​un crédito: cuándo y cómo hacerlo​.​​​​

​Opción 06 – Acudir a una reparadora si ya ​caímos en mora severa en nuestros préstamos

​Una mora severa, según Datacrédito, es una mora de más de dos meses. Cuando presentamos un retraso en el pago de las cuotas de nuestras obligaciones con entidades bancarias​ y ya tenemos un reporte negativo en centrales de información crediticia (de forma que no podemos hacer rediferidos, compras de cartera, consolidaciones o renegociaciones), es posible acudir a reparadoras de crédito para que nos ayuden a lograr un acuerdo con los bancos a quienes les debemos dinero.
Fíjate que en esta opción hablamos puntualmente de bancos, debido a que en Colombia las reparadoras de deuda que existen todavía no trabajan con cooperativas ​u otro tipo de entidades financieras.
La principal ventaja de una reparadora de crédito es que te ayudará a lograr una negociación con todas las entidades a las que les debas dinero con el fin de normalizar en un tiempo que puede ir entre los 6 y 36 meses, todo tu endeudamiento. Esta negociación, tendrá en cuenta tu capacidad real de pago y podría incluso hacerte ganar un descuento sobre el valor total de tus préstamos para que puedas pagar lo más pronto posible.
​El principal inconveniente (que nosotros creemos que hasta cierto punto puede ser una ventaja también) es que en el fondo funciona como un ahorro combinado con una bola de nieve; es decir, primero ahorras para pagar la deuda más pequeña y cuando acumules el valor de la misma la pagas. Mientras tanto, mantendrás la calificación negativa ante centrales de información crediticia.
​Si quieres ver ​en detalle cómo funciona un​a ​reparadora ​y cómo saber si es la mejor alternativa para tu situación financiera ​no dejes de leer nuestro artículo ​guía para ​acudir a una reparadora de crédito.​​​​

​Opción 07 – Buscar asesoría sobre insolvencia si no hay más solución

​Finalmente, si tu situación financiera muestra que no solo no dispones de bienes con los que podrías cubrir el valor de tus préstamos, sino que además tus ingresos jamás alcanzarían para lograr acceder a cualquiera de las opciones anteriores todavía queda una puerta: acogerse a la ley de insolvencia para personas naturales no comerciantes.
insolvencia en prestamos
​Esta ley le permite a cualquier persona (no comerciante) acudir ante un juez para llamar a todos sus acreedores (es decir, personas o entidades a las que les deba dinero) para buscar una solución al pago de sus deudas. Si después de presentar una propuesta de pago, los acreedores no aceptan la oferta, o si es imposible llegar a algún tipo de acuerdo, el juez declarará al deudor insolvente y sus deudas “se perdonarán” para que pueda “volver a empezar” financieramente hablando.
Como todas las opciones anteriores, se trata de una alternativa con sus ventajas y sus desventajas. Por eso, ​si quieres ​ahondar en cómo funciona ​la insolvencia en Colombia ​y ​si puedes acceder a esta ​accede a ​nuestro artículo ​lo mínimo que debes saber sobre la insolvencia ​de personas naturales en Colombia​​.​​​​

​Cosas a las que no les prestamos mucha atención en el proceso y que son importantes

​Salir de deudas y vivir sin préstamos es un proceso que toma tiempo dependiendo de qué tan complejo sea nuestro endeudamiento. No es posible pretender que un problema que hemos creado durante años lo resolvamos en cuestión de días o semanas. En este sentido, te recomendamos alejarte de las personas y empresas que ofrecen liberarte de todas tus obligaciones como por arte de magia o sin hacer ningún esfuerzo.
No existe una única forma para salir de deudas y generalmente al iniciar tu camino te darás cuenta de que además de las alternativas que aquí te planteamos pueden existir muchas más, como conseguir fuentes alternativas de ingreso, por ejemplo. Liberarte de los créditos que no tiene sentido seguir pagando es un ejercicio que debe llevarnos a la reflexión sobre qué decisiones tomamos que nos llevaron a esta situación; de esta forma, podemos asegurar haber aprendido la lección y no volver a repetir los errores que pudimos haber cometido en el pasado.
​Por último, recuerda también que la mejor forma de hacer cualquier cambio en nuestras finanzas personales es teniendo claro el panorama completo de nuestra situación financiera. Empieza por tomarte el tiempo de hacer los ejercicios que te proponemos, utilizar las herramientas que tenemos para ti, evaluar las alternativas que tienes, entender perfectamente el problema que quieres solucionar, entender qué lugar tiene el ahorro y el gasto en esta ecuación, y toma una primera decisión que te permita avanzar en la dirección que buscas. Por más complejo que sea el problema, podemos asegurarte que existe una solución.